En el artículo anterior lo dejamos en Aranjuez, pasé la noche en Madrid y seguimos nuestra ruta a Cabo norte en moto atravesando España, poniendo rumbo a nuestro siguiente destino. El castillo de Atienza.
Este Castillo está situado en la provincia de Guadalajara y a los que nos gusta un poco la historia debería ser parada obligatoria, ya que es una de esas fortalezas inexpugnables de nuestra historia.
Aquí va a comenzar una etapa por carretera que se va a hacer un poco larga debido a que vamos a poner rumbo a Olite, con la premisa que vamos a seguir durante todo el viaje, «solo carreteras secundarias«, nada de autopista ni autovía, y vamos a recorrer bastos terrenos sin encontrarnos con nada que merezca la pena parar turísticamente a ver, a excepción de hacer alguna parada en los pueblos de la España vaciada, esa España rural y olvidada, pero a la vez tan llena de encanto.
Continuamos nuestra ruta por carreteras secundarias, siendo testigos de como estas carreteras han caído en desuso por la construcción de las autopistas y autovías, se ven bares, hoteles y gasolineras cerradas…aparentemente desde hace mucho.
Llegué a Olite, sobre la hora de comer y volvía a hacer bastante calor, no tanto como en Écija, pero hacia bastante, y al aparcar me encuentro dos moteros que están aprovechando unos días para viajar por la península, como os podéis imaginar tal y como llevo la moto cada vez que paro soy un mono de feria. Todo el mundo me pregunta a donde voy o de donde vengo y yo muy ilusionado con este viaje lo cuento a todos sin problemas.
No conocía Olite, pero a partir de ese día se lo recomiendo a todo el mundo .Esta población parece sacada de una historieta medieval, pasear por sus calles es verse inmerso en otra época de castillos y feudos, Busqué un bar en el que comerme un buen bocadillo y me paré en uno que ofrecía estas vistas.
Montando de nuevo en mi TRK 502, volvemos a la carretera poniendo rumbo a Roncesvalles, localidad donde muchos de los peregrinos comienzan el Camino de Santiago, aunque su punto inicial es Saint-Jean pie de port, una localidad francesa muy cercana a Roncesvalles. Ya se empieza a rodar en mejores condiciones, estamos en el norte de España y eso en las temperaturas se nota.
Llegando a esta localidad empezamos a encontrarnos con los tipicos caserios vascos, que ya nos dicen que estamos en los pirineos.
¡Y por fin! salí de España. Rodando en Francia, ya tenía muchísimas ganas, es como que hasta que no saliera de España el viaje no comenzaba (mentira absurda pero bueno). Tras cruzar la inexistente frontera empecé a buscar donde podía acampar, ya que en el país galo está permitido, aun que hay que seguir algunas normas, pero es legal.
Pasé la noche en una explanada, cene pasta cocinada en mi camping gas…la aventura había comenzado.
Al levantarme, desayunar y recoger…me di cuenta de que para salir de donde me había metido iba a estar gracioso, barro y agua…perfecto para mis neumáticos de asfalto y como era de esperar entre esas condiciones y el peso…volví a acabar en el suelo. Pero no pasaba nada…a esto había venido y ahora tocaba jugar.
Ya recompuesto de el estúpido resbalón la siguiente chincheta en el mapa era Burdeos, hasta la cual fui sin pena ni gloria…pero eso si la sonrisa de la cara no había nadie que me la quitara en ese momento.
Si quieres seguir leyendo acerca de este viaje, aquí tienes el siguiente post.
Si no has visto el video de esta etapa del viaje te lo dejamos aquí.